EL PODER DE DESPEREZARSE. El «estiramiento» matutino

Desperezarse esta mal visto, parece que seamos vagos, se nos juzga enseguida.

Pero ¿qué hay detrás de desperezarse?

Cuando nuestros gatos y perros se despiertan de una siesta, estiran los brazos y las piernas, alargando todo su cuerpo para despertarse, eso lo vemos bien. Lo ideal es que nosotros hagamos lo mismo al despertarnos. La sociedad moderna ha hecho que tengamos que *saltar* de la cama por la mañana. Si suena el despertador, saltamos de la cama. La mayoría de nosotros hemos olvidado ese pequeño y agradable estiramiento biológico al despertarnos. De alguna manera, a medida que envejecemos, perdemos este instinto natural de que se llama pandiculación cuando nos levantamos por la mañana. ¿A qué se debe haber perdido el hábito de hacer un estiramiento matutino al levantarnos?

¿Recuerdas cuando lo hacías?.

Te invito a hacerlo ahora.

Puede que la sugerencia de un bostezo provoque el deseo de bostezar.

Observa lo que ocurre en tu mandíbula. Levanta los brazos por encima de la cabeza, cierra los puños y extiende los brazos como si se tratara de un estiramiento matutino al despertarte.

Lo más probable es que estés tensando los músculos y luego alargándolos a partir de esa contracción, no sólo «estirando» pasivamente tus músculos.

La pandiculación es un estiramiento activo.  

Estás alargando tus músculos a partir de una contracción.

Esta acción se produce en el sistema nervioso, con el cerebro recibiendo información de los músculos contraídos.

¿Por qué necesitamos pandicular?

La pandiculación ayuda a nuestro cerebro a restablecer lo que cree que es un músculo en reposo y un músculo contraído. Cualquier movimiento repetitivo que realizamos a diario establece hábitos en nuestro sistema nervioso central.

Los Movimientos Somáticos, que son patrones de movimiento suaves y sencillos que incorporan la pandiculación, vuelven a entrenar al cerebro y a los músculos para que «recuerden» cómo moverse con más facilidad y sin esfuerzo. Recordar cómo girar, doblar, extender y flexionar con suavidad será de gran ayuda para conservar la flexibilidad, el control, el equilibrio y la coordinación durante toda la vida.  Realizados a diario, estos movimientos sencillos y suaves pueden suponer una gran diferencia en tu cuerpo… ¡y revertir el dolor muscular!

Sólo TU puedes pandicularte a ti mismo. Ninguna máquina u otra persona puede hacerlo por ti. Los animales lo hacen unas 40 veces al día para resetear su sistema musculoesquelético así siempre están preparados para la acción. Y por cierto es mucho más efectivo que los estiramientos pasivos.

Esta acción, al igual que un bostezo agradable, reajusta tanto la longitud como la función de los músculos a nivel cerebral; «recuerda» a nuestros músculos que no tienen por qué quedarse estancados en un estado de contracción.

La pandiculación y la propiocepción

La pandiculación «enciende una luz» en el sistema sensorial motor y mejora la propiocepción, lo que te ayuda a sentir tu propio cuerpo con mayor precisión.

Cuando contraes un músculo más fuerte que su ritmo de contracción actual, el cerebro (el centro de mando de los músculos) recibe una fuerte retroalimentación sensorial, que le permite «refrescar» su sensación de los músculos.

El estiramiento estático es más pasivo que activo y puede provocar un reflejo de protección en los músculos que se contraen contra el estiramiento. Este reflejo, denominado acertadamente «reflejo de estiramiento», tiene por objeto proteger el músculo de un traumatismo. Es el reflejo más rápido del cuerpo y no tiene retroalimentación con el cerebro.

Sin embargo, al pandicular, la acción es voluntaria y la información llega directamente al cerebro: contraes el músculo, lo alargas lentamente y lo sueltas por completo. Esto requiere concentración y conciencia.

Al alargar lentamente esa contracción inicial, el proceso permite al cerebro alargar el músculo más allá de su longitud anterior, más tensa, hasta un nuevo rango más completo. El resultado es un músculo más relajado y un control muscular voluntario y una coordinación renovados.

Dado que los músculos sólo aprenden a través del movimiento (recuerda: montar en bicicleta, bailar…), es necesario enviar nueva información a la corteza motora sensorial para que los músculos aprendan a liberar su tensión acumulada y puedan moverse de forma libre e inteligente.

Prueba y me cuentas 

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