Recibir trabajo corporal
Recibir el trabajo corporal y la educación en el método ROLFING® cambió mi vida. Desde entonces recibo habitualmente trabajo, me ayuda a cuidarme con sostenibilidad, buscando un alineamiento por sostén, mejorando mi movilidad, mis posibilidades. Es fundamental en mi vida, además ya sabes me dedico profesionalmente a este trabajo. Cuando recibí Rolfing® ya era Fisioterapeuta, creía que sabía mucho, quizás, pero sólo desde una idea mental, creí que sabia del cuerpo. No, no sabía. Mi idea del cuerpo no era sentida, ni vivida, vivir el cuerpo como una integración cuerpo-mente es otra historia. Siempre me llamó la atención cómo la gente del Rolfing® se cuidaba y me ha inspirado ver cómo se mantenían y movían.
El toque nos ayuda a reconectarnos con nuestra inteligencia corporal innata, y a liberar tejidos, en concreto el conectivo. A través de este trabajo consigo un entendimiento de cómo funciona mi persona no solo en el plano físico. El lema de la Dra. Ida P. Rolf era “El cuerpo es el terapeuta”, cuando todo está en su sitio el cuerpo funciona bien. Durante el trabajo corporal, la persona que lo recibe va adquiriendo una base más fuerte, tiene más fuerza y flexibilidad al mismo tiempo, y mejora la postura y la estabilidad. Asimismo, restituye el organismo a su condición o postura normal frente a la acción de la gravedad, (la bipedestación nos hace más vulnerables).
El trabajo corporal no busca físicos perfectos, porque todo ser humano es ya perfecto, busca un nuevo equilibrio que se perdió en algún momento de nuestras vidas.
Más vale prevenir, que curar
Habrás oído el refrán “más vale prevenir que curar” y es que, a medida que envejecemos, acumulamos más y más tensión en nuestro cuerpo. Un exceso de estrés y una tensión que termina acumulándose en el sistema conectivo o fascia. Este tejido, blando y moldeable, envuelve los órganos internos de nuestro cuerpo. Los masajes y manipulaciones profundas actúan directamente sobre dicho tejido. Un trabajo que permite liberar la acumulación crónica de tensión en la fascia y evitar que siga afectando a los huesos, las articulaciones y los órganos internos. La mayoría de veces las personas no perciben la tensión crónica, hasta que ésta se manifiesta en forma de falta de sueño, pérdida de movilidad, cansancio, abandono de las actividades que nos gustan, dolor crónico entre un largo etcétera de síntomas que metemos dentro del saco del envejecimiento.
Muchos de estos síntomas se desarrollan lentamente y no pensamos en cambiar nada de nuestro entorno. ¿Por qué esperar? ¿Por qué aguantar el dolor durante tanto tiempo? Y es que hasta que no nos encontramos mejor, no sabemos lo que nos faltaba. No estábamos mal porque hemos cumplido algunos años más, sino porque estamos desconectados de nosotros mismos. Hicimos cualquier cosa para no sentir.
Un cuerpo tenso suele ser más propenso a las lesiones y al dolor. Además, su rendimiento es limitado. Es como si tratáramos de movernos con un traje demasiado ajustado. Con los años, la tela (el tejido conectivo y la musculatura) ha encogido perdiendo las propiedades y la propia conciencia del rendimiento de tu cuerpo.
Recibir trabajo corporal nos ayuda a mejorar nuestra calidad de vida porque somos más conscientes de nuestros patrones de movimiento, mentales y emocionales.
Para mí, recibir trabajo corporal es una verdadera inversión para prevenir lesiones y sentir la verdadera vitalidad e inspiración, nunca lo he sentido como un gasto.
El complemento perfecto
También puedes recibir otras terapias corporales y masajes y te lo recomiendo con cierta periodicidad. Se nota mucho cuando la gente los recibe. Te abre la conciencia para el auto cuidado y te aporta una gran cantidad de beneficios.
El complemento ideal del trabajo manual corporal es Practicar Movimiento Consciente, son dos caras de la misma moneda.
En nuestro patrón respiratorio se manifiesta todo nuestro equilibrio y al liberar las tensiones musculares podemos respirar plenamente. Cuando soy consciente de mi patrón respiratorio, puedo estar relajada y respirar naturalmente. Aprendiendo a estar relajado, el dolor desaparece y, en consecuencia, mejoran mis movimientos y me siento más libre. Una vez que hemos liberado las tensiones, practicar el Movimiento Consciente es clave para mantener los logros y cambiar los gestos y los hábitos. Cuando el movimiento y la energía se generan desde los músculos más profundos, se obtienen mejores resultados y hay menos probabilidades de lesionarse. El Rolfing® Movimiento te ayuda a descubrir tus patrones de movimiento y a generar nuevos. Una vez que eres consciente, encuentra una práctica de movimiento Consciente que te guste y que disfrutes.
No lo olvides: estamos diseñados para el movimiento
Decía Gabrielle Roth, creadora del trabajo de 5 Ritmos®:
“Pon el cuerpo en movimiento y la psique sanará”.
Al cuerpo hay que moverlo, mejor dicho, somos movimiento. A la mente hay que callarla que ya está bastante ocupada. Esto sólo es posible a través de la relajación, así que practica cualquier movimiento que te haga sobre todo que te muevas con placer y relajación. Siempre he sabido que había una forma orgánica de moverse fuera del deporte, sin coreografías. Yo aprendí sobre el movimiento a través del deporte, pero las lesiones por no entenderme y NO saber más sobre cómo cuidar mi cuerpo no me respetaron. Ahora le entiendo y le escucho, y siento cuando no le estoy dando lo que necesita, lo que me está pidiendo. Personalmente he disfrutado mucho descubriendo mi cuerpo, mi persona, mi esencia, lo que soy y lo que no soy a través de la danza de los 5 ritmos
Estamos diseñados para movernos mucho más de lo que lo hacemos. Hoy en día hay múltiples clases en todas las ciudades de movimiento corporal que te invitan a relajarte y moverte con conciencia corporal. Debes encontrar lo que te va bien dependiendo de tu estructura, tu edad, tus actividades de la vida diaria, tus actividades profesionales y el lugar donde vivas. (yoga , tai chi, contact, danza consciente, Pilates…). Cualquier momento y lugar es bueno para moverte, no esperes a la hora del gimnasio o del deporte, muévete, estírate en un ascensor, en la cocina, en el baño, en el supermercado, en la cola. Encuentra tu inteligencia corporal en cada momento de tu vida diaria. Tírate al suelo, ponte música, siente el peso de tu cuerpo, baila como tú. DISFRUTA
O simplemente cuando CAMINES siente tu respiración, escúchala, no la modifiques, no la juzgues. Memoriza la información de sensaciones en tu cuerpo. Usa tu caminar diario cada vez que te desplaces para explorar tu movimiento corporal. Caminar es el movimiento más característico que los humanos hacen.
La manera en que cada uno de nosotros camina revela nuestra integración única de patrones neuromusculares. La calidad de nuestra marcha refleja las cualidades de todo nuestro cuerpo y de todo nuestro ser.
Puedes leer más en mis redes sociales acerca de cómo recibir trabajo corporal me ha ayudado no solo con mis propias molestias, sino que ha significado un gran cambio en mi manera de trabajar con mis pacientes.
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